Se guardó la luna debajo de su falda
y se marchó por una senda gris y amarillenta
dejando su reloj atado a mi muñeca.
Yo me quedé allí, parado 
como un roble entumecido
en un altar vacío y desolado
descolgando silencios en penumbra
mirando las ausencias de reojo
solo y absurdo
como un vástago de almendro en el tejado

DESMEMORIA EN SOMBRA

Hoy guardé tu foto en el armario

y aguardé pasmado, custodiando

unas persianas grises

sin luz, sin sombra apenas.

El humo amarilleaba los retratos

mientras yo adivinaba con el dedo

tus curvas inconclusas, presumidas

durmiéndome en la borra del café.

Pintando en el naranjo tus pupilas

con vecinas viejas, sarmentosas, barriendo las veredas

pegadas al reloj del campanario

musitando tu nombre con sabor a albahaca

Hoy me quede solo

sin misa ni sonrisa

Esperando con el ojo inquieto

a que lleguen recuerdos imposibles

a mi memoria muerta.

Muere Mario Benedetti
Hoy es un día triste, a muerto Mario. A partido el cronista y la maquina de los afectos se quedó huérfana trancada en una letra misteriosa, esa última que pulso el poeta.
Cerraron los bares y las campanas de la iglesia no tocaron a muerto. Montevideo esta muy lejos de este pequeño pueblo, que curiosidad surge del silencio, estos son los hombres que hacen a dios perfecto.
En un mundo tan cercano de palabras, donde las orillas se besan sin distancia ¿quien nos revelara ahora el universo?¿quien nos descubrirá y se hará cargo del amor el pan la vida? Ya no quiero llorar mas y no hace falta, he llorado mucho sobre papel y tinta y solo me asalta el temor de quedar solos, como sombras perplejas, abandonadas en medio del camino.
El polvo se tornara cuerpo en su nombre de eso no me caben dudas
¡Gracias Mario!Gracias, son siete letras diminutas y nunca quedara bien escrita, cuando solo somos sombra de una luz que pasó. 

INERCIA
Espero…
Sé que me esperan....
cuelgo en el vacío mis horas de encuentro
cuelgo mi esqueleto, mis memorias
repaso mis caminos rotos
y espero que me esperen.
Cabo mi tumba en el anden… y espero.
Sé que nunca llegaré, ellos también lo saben.

UTOPIAS

Si por una ves pudiera
pisar la luna con zapatos nuevos
y por una vereda azul
marchar hacia los campos
donde los abuelos esperan a los niños
Si pudiera una ves, tan solo una ves
trepar a los andamios
y alzar el faro inmenso
de los ojos perdidos
cantando a la memoria
de los dioses tristes
Si pudiera una ves
arar con la falange más débil
los sueños
tapizando de versos
absurdos y perfectos
los huecos de tu imagen
Si pudiera una ves…
tan solo una ves.

Yo busque estar solo y me encerré en un sitio
lejos de los puntos cardinales y de dios.
Pero la soledad cargosa se empeñó en acompañarme.
Quise huir, pero el mundo es redondo y toma atajos.
Me metí en un bar con mucha ausencia 
y le perdí el rastro unos minutos. 
¡por fin solo!..... lejos de esta soledad impertinente

ESCEPTICISMO

La mano, corta a la mano que se extiende
Y el nudo de la agonía, se vuelve nudo mudo que bosteza
Si nos viera la noche soñando con vergüenza
Si nos vieran los ancestros perdiendo la memoria
¿Qué dirá dios de su existencia?
¿Qué dirá el poeta a los brazos caídos?
¿Qué diré a mis hijos y a mis nietos?
Si presté todas las palabras
Y aposte la vida en una siesta de verano
Y escondí los relojes y los niños
Y cubrí de ceniza los retratos
Durmiéndome en todos lo eclipses
¿Qué dirán mis muertos en pijama?
Viéndome obeso y mudo por los tiempos
Mudo ahora y para siempre

El consejo de jóvenes ancianas
dictaminó, que el asesino de palabras
deberá cumplir su pena por injurias.

La ultima palabra

Mis palabras no callan.... y no enseñan ni señalan nada
apenas se distinguen de la nada.
Mi sombra es solo una mancha oscura proyectada
y ando a los tumbos dando vueltas y vueltas y vueltas....
tomando siempre el camino equivocado para no perderme.
Grito y encuentro al silencio abandonado
Grito y escucho suplicar a un dios ausente
eternamente ausente y resignado.
Cierro mi boca y escucho en el silencio mis palabras
mis palabras mudas y perdidas.

Cuando yo nací, Helena,
los poetas de París
se ahorcaban mirándote a los ojos.
Cuando yo crecí, Helena,
tu te encerraste en una casa grande
con un marchito ramo
y un polvoriento ajuar.
Y sonaron a tumba tus paseos
por los corredores solitarios.
Cuando yo fui hombre, Helena,
ya eras sólo un gris daguerrotipo
que plumereaba la mucama albina.
Cuando yo sea viejo, Helena,
y oficie de rector,
y tenga gafas,
y mueva en tic senil
mi calavera;
cuando tu mundo, Helena,
sea una muestra
del museo de cosas
insensibles,
como los abanicos y las modas,
y las hojas del libro de retratos;
junto a las cartas de amor
y los periódicos,
y las verjas que huyeron del verano.
Cuando yo haya muerto, Helena
y silben trenes muchos más veloces
y amontonen casa sobre casa,
y se cubran de máquinas las selvas
y se apaguen los últimos jardines
y el dios de los veranos haya muerto.
Y muerto el dios,
no existan más muchachas
ni el vino en la hora del almuerzo,
ni el olor de durazno en la persiana,
ni las sábanas blancas en la siesta,
ni el perro que corría por el monte,
ni el niño que contaba las estrellas.
Un mundo así. Distante y sin
la clara mañana del camino
sin el humo subiendo por el valle,
sin pastor, sin caminos, sin lucero.
Un mundo sin tu sombra, Helena,
un mundo,
una piedra redonda dando vuelta,
un sonido en el aire y nada, nada,
un sonido nomás, débil, cayendo.
(Saúl Pérez Gadea)
De un conjunto de poemas aparecido en la revista Nexo Nº 1 (febrero de 1975).

Este mundo esta loco
los poetas blasfeman tu nombre en un escaparate.
y cubren de satén 
las fabricas de estiércol
discutiendo el precio del vacío
caminando desnudos boquiabiertos
entre pájaros muerto degollados
empalados al costado del camino.
No se si esta loco o medio ciego.
Brota un agua inmunda hirviendo de las fuentes
mientra los niños juegan en el parque 
y se fusilan.
y elijen dictador
Y yo camino a tientas por este mundo roto
bajo una lluvia gris y cadavérica 
de mascaras endebles vijilando
mis pies en las baldosas blandas
Camino con mis pies de barro
atándome las manos con las venas
mirándome el ombligo supurando
entre luces y sombras escondido.
Señalo las ausencias con mi dedo de plomo 
y guardo la osamenta bajo el manto humano
reseco y abatido.

Cada palabra se esfuma en la orilla

susurrando y mojándome los pies

como un breve soneto inacabado de Alfonsina

balbuceando una y otra ves

sin decir nada y diciéndolo todo

evocando el llanto de sirenas tristes

invitando, ven, quédate, ven.

Será allí donde duermen los poetas

será ésta su ultima orilla

llegando al limite de lo mas extenso

a la frontera brutal y silenciosa

cortada por un rumor de espuma

ven, quédate, ven.

Se pierden la vista y se enfrían mis pies

y ya no se de que mundo soy parte

parado en la frontera inútil de lo inmóvil.

Saint Exupery, ven a contarme

cuéntame que tan grande es..

la profunda inmensidad del horizonte

que solo soy tierra con ojos diminutos

y no puedo cantar como cantan las olas

 y no puedo llorar como llora la espuma

que me siento inerte como una caracola

bajo el manto azul de tus cenizas

 Exupery cuéntale quien soy

dile a Alfonsina que la espero

parado en el ultimo renglón.